viernes, 23 de octubre de 2009

DE LA DESVIACIÓN SOCIAL (1)


El padre Rogelio se prepara para misa de domingo; despierta de la resaca, se baña con sales, viste su ropa, ata su corbata, y se pone el habito, blanquísimo, cáliz dorado y uvas bordadas en el centro. Sale a paso lento, pensando en la noche antigua que ha disfrutado y de la que pocos recuerdos le allegan. Llega indiferente a la labor que causa su “trabajo”.

En su prologo habla de la inseguridad y tira como si fuera piñata sobre infantes ansiosos de dulces su verborrea. Entre sandez y sandez seca con la manga la baba seca que olvidó enjuagar con sus insumos asépticos. Arremete contra aquellos pecadores que oponen su demoniaca ambición contra los débiles pastores en aquel barrio vicioso. Como si no se sintiera mas allegado a los primeros.

Apenas siete feligreses asiduos en las banquillas destartaladas. Se persignan. Prometen sus perdones ante dios. Resuena la voz del padre Rogelio: “Dios existe, y Dios nos ha puesto en este lugar”… “En la boca del demonio, para probar nuestras Fe ante él“.

Terminado el monologo poco a poco se vacía la iglesia. Al tiempo, se recoge el diezmo.

La iglesia es de estilo indescriptible, con una torre churrigueresca del siglo XVIII, atrio moderno, que da vista del mejor estilo bodeguero de nuestra época.

El padre Rogelio regresa a su “anexo” sirve una copa de coñac en un vaso pequeño, remoja sus labios resecos en este. Tocan la puerta, a la cual solo llaman los imprudentes feligreses en busca de redención o algún asunto de importancia.

El padre con grave dificultad y cansancio acude a la puerta; abre, en el otro lado encuentra a un viejo amigo. El comandante Guevara, antiguo seminarista y ex compañero del padre. El asunto es urgente.

- Padre, he venido a molestarle, y disculpe usted la precaria admisión de mi presencia, pero para formalismos no estamos aquellos que servimos ante los ojos de la justicia delegada por el estado - (haciendo alusión al mismo tenor de que fuera asunto de divina providencia).

- He venido porque uno de sus asiduos pastores esta en la mira de la justicia estatal. El padre de Regina, Don Horacio ha sido acusado de matar a su esposa y de meter a su hija en las sucias manos de la prostitución -.

- Calla hermano – dijo el Padre. – Vamos afuera –

Ya en las tierras de mortales, el padre escucha pacientemente al comandante Guevara.

- Padre, a nuestra comandancia ha llegado la niña Regina, tiene solo trece años, aunque no ha hablado, estamos preocupados, se le han hecho las pruebas medicas y ha resultado que padece de desnutrición que aunque no es el tema que importa es menester que lo sepa, además de que hay indicios de que ha sido violada, y además, de acuerdo a nuestras investigaciones, este hecho se le adjudica a la banda dirigida por el que se considera el mas agresivo dirigente del vicio de nuestra cuidad, Don Antulio Braulio, un alma perdida de la cual se tienen indicios de que maneja una banda de pederastas que dirigen a sus victimas a prominiosos seres dirigentes de nuestra comuna. La niña se ha asustado y escapó, pero creemos que Don Horacio es el principal sospechoso de prestar el cuerpo de su hija, conociendo los antecedentes de deudas y su asiduo defecto por el alcohol el cual lo hizo caer en el peor de los pecados, vender a su propia hija para saciar sus insaciables sedes por este vicio que le aqueja.

Hay un silencio sepulcral, el padre solo dice: “Deja en manos mías tu asunto Guevara que podré mediar en éste.

Mientras tanto, en la Avenida Buenaventura del barrio, donde esta Antulio Braulio, fuera de una casona heredada por su tía, habla con Panchi uno de sus allegados compinches, al son de una bocanada de puro cubano y una copa de ron añejo le grita:

- Estúpido, a donde ibas a creer que era conveniente aventar a la puta esa en un hospital, ¡me importa un carajo tu misericordia! ¡Esa niña nos va a joder! No, ¡Ni madres pendejo! Te va a joder a ti por cabrón, desgraciado. Haz lo conveniente ¡Imbécil!- . (Continuará)

2 comentarios:

  1. El tema es actual,solamente cuida algunos detalles en la redacción. Aunque es relato debes utilizar correctamante los signos de puntuación. Esperamos la segunda parte con ansia. Saludos!

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  2. Gracias, ya estoy trabajando en la segunda parte; y prometo cuidar detalles... ¡SALUDOS!

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